Sardinas Millésiméss
Sardinas Millésimés nombre que se le da en Francia a las latas de añada. Son las primeras que ponen en valor su vejez, al resaltarse en la propia caja, como seña de identidad, que se comercializan 2 años después de su envasado. Ahora están a la venta las correspondientes a la campaña de 2016.
Como les sucede a los grandes vinos, este pescado azul en conserva se ennoblece con el paso del tiempo y alcanza su punto óptimo años después del que fija la fecha de consumo preferente.
Los entendidos guardan las latas de sardinas de las mejores conserveras y dejan que pase el tiempo antes de probarlas. Tres, cinco, 10 años… No se sabe a ciencia cierta cuando alcanzan su punto perfecto de maduración. Es cuestión de opiniones.
Como el resto de los pescados azules –e incluso con un mejor comportamiento–, las sardinas tienen un larguísimo recorrido desde su sellado hasta que se descomponen, un proceso que puede ser casi eterno. Según pasan los meses, su grasa y la del aceite de oliva en el que se conservan se van integrando de forma que la pieza gana en melosidad. Lo mismo sucede si se aliñan con limón, tomate o picante, aunque es con el zumo de la aceituna cuando alcanzan su máximo grado de exquisitez